miércoles, 29 de octubre de 2025

Enseñanza con IA: una propuesta de integración en el marco de las competencias en materia de IA (Parte I)

La incorporación acelerada de la inteligencia artificial (IA) en los sistemas educativos resulta uno de los desafíos más significativos para la formación docente, tanto en la formación inicial como en la formación permanente. Lejos de concebirse como un recurso tecnológico, la IA interpela los fundamentos de la tarea educativa, exigiendo una reflexión profunda sobre el modo en que se enseña, se aprende y se construye conocimiento en una sociedad mediada por algoritmos. 

Este artículo surge de la necesidad de articular las capacidades profesionales con el marco de las competencias para la IA formuladas por la UNESCO, a fin de generar una experiencia formativa que supere la lógica de la “novedad tecnológica” y avance hacia un enfoque crítico, ético y transformador. Así, “en su forma más básica, lo que diferencia a la IA de otras formas de tecnología digital es su capacidad de emular el comportamiento humano” (UNESCO, 2025, p.14).

Desafío a abordar + propuesta preliminar

En la actualidad, herramientas de IA generativa, capaces de procesar lenguaje natural y datos, están realizando tareas rutinarias en sectores laborales diversos. Estudios recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2024) señalan que la digitalización y la IA ya no son un fenómeno aislado de las ciencias informáticas, afectan en distinta medida a prácticamente todas las disciplinas. El principal desafío radica en preparar a los docentes, para desempeñarse en un contexto social con estas características.

La carencia de formación específica en IA en los planes de estudio y en los programas de desarrollo profesional continuo genera una brecha entre las demandas actuales del sistema educativo, a través de las necesidades del mercado laboral, y las competencias reales de los educadores. Esta distancia se traduce en un uso básicamente instrumental o acrítico de las tecnologías emergentes, dificultando la formación de estudiantes que comprendan los alcances, riesgos y oportunidades de la IA.

La propuesta se basa en la integración del marco de las competencias docentes en IA definidas por la UNESCO (2025). Estas competencias abarcan 5 ámbitos o dimensiones: una formación centrada en el ser humano, una comprensión de los fundamentos y aplicaciones de IA, una integración pedagógica, una reflexión crítica y una IA para el desarrollo profesional. 

Estos ámbitos se desarrollan a través de tres niveles de progresión

Adquirir, se vincula con la alfabetización básica, es decir, con la aplicación de técnicas básicas y reflexión crítica sobre herramientas específicas de IA, como así también con el reconocimiento de beneficios y riesgos éticos fundamentales.

Profundizar, asociado a la integración responsable y a la utilización de herramientas con destreza, énfasis en la responsabilidad humana y el uso seguro y responsable.

Crear, asociado con la acción agéntica de la IA, es decir, a la personalización de herramientas de IA para desafíos educativos y exploración de innovación pedagógica, como también para la cocreación de estándares y políticas de IA.

Para alcanzar estos niveles de progresión propuestos en el marco de la UNESCO, es necesario priorizar pedagogías activas y contextualizadas. 

La propuesta se basa en un diseño de formación espiralada, que introduzca conceptos vinculados a la IA en diferentes niveles de dificultad para profundizar la comprensión y las habilidades, articulando con los contenidos disciplinares específicos.

Una formación en espiral que incluye:

  • Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) como metodología principal para abordar problemas reales, que fomenta el pensamiento de diseño y la creación de prototipos o rediseño de productos, incorporando la IA de forma crítica.
  • Aprendizaje Experiencial y por Indagación, permite la interacción directa y la reflexión crítica sobre los resultados y limitaciones de las herramientas de IA en contextos disciplinares.
  • Estudios de Caso y Simulaciones para el análisis de dilemas éticos y el impacto de la IA en contextos realistas, tanto generales como específicos de la disciplina.

Esta propuesta podría facilitar a los docentes el desarrollo de una comprensión crítica de la IA, identificando sus alcances y limitaciones en el análisis de datos, la generación de contenido y la resolución de problemas. Asimismo, la integración de herramientas específicas según el área disciplinar, favorecería la diversificación de las prácticas de enseñanza, permitiendo, por ejemplo, la creación de secuencias didácticas más personalizadas.

La enseñanza con IA en la formación docente requiere superar la visión de la tecnología como simple recurso instrumental para consolidarse como una estrategia integral de desarrollo profesional. 

Una integración efectiva de la IA va más allá de las habilidades técnicas, debe incluir acciones centradas en el ser humano, una ética internalizada de la IA, conocimientos y habilidades conceptuales transferibles sobre la IA, así como un pensamiento más flexible en lo que respecta al diseño de sistemas de IA (UNESCO, 2025).

Considerar una enseñanza tomando como marco el desarrollo de las competencias de IA resulta relevante para instituciones de nivel superior que buscan responder a los retos de la era digital. Su implementación implica repensar los planes de estudio para integrar la IA como una dimensión transversal.  Pero también, exige promover programas de actualización permanente que acompañen a los docentes en el aprendizaje a lo largo de toda su carrera profesional. 


Referencias:

CEPAL (2024). Nuevos horizontes laborales en América Latina: IA y formación superior. Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

UNESCO (2025). Marco de competencias en inteligencia artificial para docentes. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000393813

UNESCO (2021). Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381137_spa


domingo, 12 de octubre de 2025

IA, Humanismo y Renta básica Universal ¿cuáles son las perspectivas?

En un nuevo episodio del Podcast IA de Jon Hernandez, una entrevista a José María Lassalle, en la que se abordan ideas centrales respecto a la Inteligencia Artificial (IA), entendiéndola no como una mera innovación económica, sino como una disrupción civilizatoria. Aquí una síntesis realizada por la #IAgenerativa:

📌 Síntesis del video

  • IA como disrupción civilizatoria: no es solo una nueva Revolución Industrial, sino un cambio profundo que afecta economía, política, cultura y la propia concepción del ser humano
  • Humanismo tecnológico: la tecnología debe estar al servicio del ser humano; urge una ética y regulación democrática que limiten el poder concentrado de las grandes corporaciones digitales.
  • Trabajo y automatización: la IA amenaza con destruir millones de empleos hacia 2030; se abren escenarios de precarización o, si se gestiona bien, de liberación de tiempo y reducción de jornada laboral.
  • Renta Básica Universal (RBU): presentada como una solución casi inevitable para sostener dignidad y cohesión social en un futuro con menos empleo estable.
  • Democracia y riesgos políticos: la IA incrementa el riesgo de desinformación, manipulación y concentración de poder. El debate debe ser liderado por la política, no por las corporaciones.
  • Democracia y riesgos políticos: la IA incrementa el riesgo de desinformación, manipulación y concentración de poder. El debate debe ser liderado por la política, no por las corporaciones.
Reflexión final: la IA puede ser tanto una oportunidad como una amenaza. El desafío es construir un marco humanista y democrático que garantice que el futuro tecnológico amplíe libertades en lugar de restringirlas.


Un concepto clave que plantea Lasalle es el de la Renta Básica Universal, como herramienta práctica y casi inevitable para sostener la dignidad humana ante la disrupción laboral de la IA. Su propuesta de un Humanismo Tecnológico como marco ético-político necesario para gestionar la IA, emerge como una herramienta pragmática e inevitable para sostener la dignidad y la cohesión social ante la automatización masiva del trabajo. 

Lasalle enfatiza que "lo único inevitable será la convivencia con las máquinas". En este sentido, el objetivo de un humanismo tecnológico es garantizar que la tecnología siga estando al servicio de la humanidad y no al revés.

La IA trasciende el concepto de una "Revolución Industrial 4.0". Se trata de un cambio de paradigma civilizatorio que afecta simultáneamente las estructuras laborales, la economía política, los sistemas democráticos y, fundamentalmente, la ontología del ser humano.

Adicionalmente, el impacto en el trabajo y la automatización de empleos hacia 2030 sitúa a la sociedad ante un dilema estructural: ¿Realmente el incremento de la productividad aumenta la competitividad? La mejora en los resultados, ¿es capaz de producir un salto en las remuneraciones? 

La Renta Universal no es concebida meramente como una política económica, sino como una herramienta necesaria e inevitable de la tradición humanista para salvaguardar la dignidad en la era digital, en determinados sectores y en un plazo de 5 años. 

Pensar en un Humanismo Tecnológico, exige entonces un modelo ético de IA que refuerce la soberanía popular en lugar de sustituirla. El desafío no es solo técnico, sino profundamente político y filosófico

El ser humano está diseñado para encontrar soluciones donde no hay, piensa cosas que no se han creado, a diferencia de una máquina que aumenta la capacidad de trabajo sobre un información precargada. En este sentido, educar para la IA es agregar valor a la tarea humana. 


martes, 19 de agosto de 2025

El alma de la máquina: ¿Puede la IA realmente "pensar"?

La inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una promesa futurista a una realidad presente en nuestros días, impactando en áreas sustanciales como la economía, la educación y hasta nuestra forma de entender la creatividad. Pero a medida que sus capacidades avanzan, surgen preguntas fundamentales: ¿Puede la IA realmente "pensar" como un humano? ¿Es capaz de comprender, o incluso de sentir? Y, ¿cuáles son los riesgos de delegar cada vez más nuestras facultades cognitivas a las máquinas?

Con la llegada de los "agentes inteligentes" con capacidad de decisión autónoma promete un cambio aún más profundo. Estos agentes, potenciados por la robótica, la computación cuántica y el blockchain, asumirán un volumen creciente de actividades económicas. El artículo de El Confidencial   señala tres niveles de impacto de la IA en las actividades de los humanos:

  • Aumento: la IA como herramienta para mejorar la productividad.

  • Multiplicación: agentes de IA realizando el trabajo de varias personas.

  • Sustitución: la IA asumiendo por completo ciertas actividades, incluso profesiones.

Sin dudas, este escenario nos plantea desafíos significativos para el mercado laboral en un futuro bastante inmediato, un futuro que nos interpela y  “obliga” a redefinir lo que nos distingue sustancialmente como humanos.

¿Qué pasa en el ámbito de la educación?

La educación no es ajena a esta transformación. Iniciativas como el "Pledge to America's Youth: Investing in AI Education" impulsada por Estados Unidos, con el apoyo de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft, buscan fomentar el interés temprano en la IA y promover la alfabetización digital. La IA generativa, capaz de crear contenidos, evaluaciones personalizadas y asistencia en tiempo real, abre nuevas posibilidades pedagógicas. 

Pero también es importante tener en cuenta que la dependencia excesiva de estas herramientas puede llevar a una disminución del pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas, especialmente en las nuevas generaciones que se están formando. Así, uno de los riesgos más críticos es el llamado sedentarismo cognitivo

La mente humana, a diferencia de la inteligencia artificial, no se basa en fórmulas optimizadas, sino en experiencias, asociaciones flexibles, contexto e incluso contradicciones.  

Entonces, ¿piensan las máquinas? 

Un estudio reciente, "From Tokens to Thoughts: How LLMs and Humans Trade Compression for Meaning", arroja luz sobre esta cuestión. 

La investigación concluye que los Grandes Modelos de Lenguaje (LLMs) como ChatGPT operan mediante “comprensión estadística y matemática”. Es decir, son muy eficientes en la elaboración de patrones lingüísticos, pero carecen de la intuición, el sentido común y la capacidad de captar situaciones del contexto, propias del pensamiento humano. Las máquinas calculan y manipulan símbolos; pero no es equivalente al pensamiento humano.


La IA y la creatividad: ¿Prótesis o reemplazo del alma?

Esta distinción entre cálculo y comprensión nos lleva al terreno de la creatividad y la emoción. ¿Puede la IA escribir poesía que conmueva como Walt Whitman? 

María Popova, en una interesante reflexión sobre por qué una IA no puede escribir un poema  argumenta que NO es posible, porque la IA carece de la experiencia humana y, por ejemplo, la “capacidad de sufrir”, elemento que, para ella, es inherente a la creación artística.

Otros opiniones contraargumentan esta reflexión, considerando que la IA puede ser una "prótesis" o "apéndice creativo" para los artistas.  Aunque carece de intenciones o emociones, el haber sido estos sistemas entrados con obras humanas, ofrecen nuevas combinaciones y posibilidades. 

La cuestión no es si la IA puede reemplazar al artista, sino cómo puede amplificar sus capacidades:  "en manos brillantes, la IA eleva, mientras que en manos mediocres, degrada".

La IA está aquí para quedarse. El desafío no radica en rechazarla, sino en lograr integrarla de manera ética y responsable. Es clave adoptar un equilibrio entre la adopción tecnológica y la preservación de habilidades humanas esenciales, como la empatía, el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de comprender el mundo en toda su complejidad.

Debemos recordar que, si bien la IA es una herramienta poderosa para procesos de automatización, nuestra mente se nutre de experiencias, contexto y contradicciones. La clave es usar la IA para “examinar y potenciar” nuestras propias intuiciones, no como un sustituto de ellas.


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Articulo elaborado con la asistencia de la IAGenerativa Gemini.