En un nuevo episodio del Podcast IA de Jon Hernandez, una entrevista a José María Lassalle, en la que se abordan ideas centrales respecto a la Inteligencia Artificial (IA), entendiéndola no como una mera innovación económica, sino como una disrupción civilizatoria. Aquí una síntesis realizada por la #IAgenerativa:
📌 Síntesis del video
- IA como disrupción civilizatoria: no es solo una nueva Revolución Industrial, sino un cambio profundo que afecta economía, política, cultura y la propia concepción del ser humano
- Humanismo tecnológico: la tecnología debe estar al servicio del ser humano; urge una ética y regulación democrática que limiten el poder concentrado de las grandes corporaciones digitales.
- Trabajo y automatización: la IA amenaza con destruir millones de empleos hacia 2030; se abren escenarios de precarización o, si se gestiona bien, de liberación de tiempo y reducción de jornada laboral.
- Renta Básica Universal (RBU): presentada como una solución casi inevitable para sostener dignidad y cohesión social en un futuro con menos empleo estable.
- Democracia y riesgos políticos: la IA incrementa el riesgo de desinformación, manipulación y concentración de poder. El debate debe ser liderado por la política, no por las corporaciones.
- Democracia y riesgos políticos: la IA incrementa el riesgo de desinformación, manipulación y concentración de poder. El debate debe ser liderado por la política, no por las corporaciones.
Un concepto clave que plantea Lasalle es el de la Renta Básica Universal, como herramienta práctica y casi inevitable para sostener la dignidad humana ante la disrupción laboral de la IA. Su propuesta de un Humanismo Tecnológico como marco ético-político necesario para gestionar la IA, emerge como una herramienta pragmática e inevitable para sostener la dignidad y la cohesión social ante la automatización masiva del trabajo.
Lasalle enfatiza que "lo único inevitable será la convivencia con las máquinas". En este sentido, el objetivo de un humanismo tecnológico es garantizar que la tecnología siga estando al servicio de la humanidad y no al revés.
La IA trasciende el concepto de una "Revolución Industrial 4.0". Se trata de un cambio de paradigma civilizatorio que afecta simultáneamente las estructuras laborales, la economía política, los sistemas democráticos y, fundamentalmente, la ontología del ser humano.
Adicionalmente, el impacto en el trabajo y la automatización de empleos hacia 2030 sitúa a la sociedad ante un dilema estructural: ¿Realmente el incremento de la productividad aumenta la competitividad? La mejora en los resultados, ¿es capaz de producir un salto en las remuneraciones?
La Renta Universal no es concebida meramente como una política económica, sino como una herramienta necesaria e inevitable de la tradición humanista para salvaguardar la dignidad en la era digital, en determinados sectores y en un plazo de 5 años.
Pensar en un Humanismo Tecnológico, exige entonces un modelo ético de IA que refuerce la soberanía popular en lugar de sustituirla. El desafío no es solo técnico, sino profundamente político y filosófico.
El ser humano está diseñado para encontrar soluciones donde no hay, piensa cosas que no se han creado, a diferencia de una máquina que aumenta la capacidad de trabajo sobre un información precargada. En este sentido, educar para la IA es agregar valor a la tarea humana.