sábado, 29 de septiembre de 2012

Diseño instruccional en entornos virtuales

La enseñanza en entornos virtuales resulta, en gran medida, en la generación de contenidos, pues es la calidad del material, junto a una metodología participativa y planificada, y la labor del profesor en las tutorías, lo que determinan buenos resultados de un curso de formación on-line, en términos de aprendizaje.

¿Qué entendemos por diseño instruccional?


 
Entendemos por diseño instruccional al conjunto de factores que aportan una adecuada coherencia pedagógica y didáctica a toda propuesta académica, considerando que los materiales no son simples textos electrónicos, sino soportes hipertextuales adecuadamente organizados y temporalizados, con recursos de aprendizaje, ayudas al estudio, actividades y sistemas de autoevaluaciones eficaces.


Comparto a continuación una serie de preguntas necesarias y necesarias de formular al momento de iniciar la planificación o diseño instruccional de un curso virtual:  

  • Los cursos deben definirse “a medida” de las necesidades planteadas y de las posibilidades tecnológicas, así como el “clima” y el momento institucional en el que se encuentra el proyecto En este marco, a la hora de seleccionar los contenidos de un curso, nos podemos preguntar:
    • ¿Provienen de fuentes confiables?
    • ¿Abarcan las distintas necesidades de formación de los destinatarios?
    • ¿Responden a los principales interrogantes de los alumnos?
    • ¿Son adecuados al tema y a los objetivos propuestos?
       
  • Al momento de su organización es importante que tengamos en cuenta:
    • ¿Para quién se está creando el contenido de e-learning?
    • ¿Qué necesitan aprender?
    • ¿Cuáles herramientas o plataformas se usarán para crear y manejar los contenidos?
  • Al configurar la metodología de trabajo para el proceso nos podemos formular algunas preguntas "clave" sobre los entornos virtuales, tales como:
    • ¿Cuál debe ser el enfoque dado a los contenidos?
    • ¿Cómo deben estar presentados?
    • ¿Cómo se puede optimizar el uso de la tecnología con respecto a los contenidos para potenciar su carácter pedagógico?
    • ¿Cuáles son las instancias de interacción y su frecuencia?
    • ¿Cómo se evalúa?

Estas son algunas preguntas posibles para seguir pensando otras que complementen el listado.
 

domingo, 23 de septiembre de 2012

¿Cuando hablamos de PLE, hablamos de aprendizaje permanente?


Una introducción al concepto  de Entornos Personales de Aprendizaje por Jordi Adell y Linda Castañeda, basada en el documento Los PLE: una nueva manera de entender el aprendizaje

En las siguientes presentaciones, Jordi y Linda, respectivamente, sintetizan muy bien el concepto de PLE como enfoque pedagógico del aprendizaje, como forma concreta "donde leemos", "donde reflexionamos", "donde compartimos". Necesitamos herramientas para gestionar nuestro PLE, pero con debemos asociar el concepto de PLE con herramientas o recursos tecnológicos.


 


 



Entonces, cuando hablamos de PLE, ¿hablamos de aprendizaje permanente?

En la siguiente presentación, Jordi nos ayuda a encontrar una respuesta...



 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La interactividad en entornos virtuales

El término interactividad se vincula con la participación activa de los integrantes o miembros de una comunidad dentro de un entorno virtual.
Puede definirse como la posibilidad de articular la información de manera no lineal o hipertextual.
Así, la interactividad consiste en ofrecer al usuario los suficientes caminos para que exista navegación, pero al mismo tiempo limitarlo para que la misma sea eficaz.

Podemos decir que  la interactividad es una de las principales características de Internet, y que se presenta como un factor fundamental en la comunicación e intercambio entre sujetos más allá del espacio y el tiempo.

Los entornos virtuales se caracterizan por la interactividad, la comunicación, la colaboración y las actividades a desarrollar. De esta manera, el aula como único espacio de acción educativa comienza a convivir con estos nuevos espacios, provocando cambios en los distintos niveles involucrados: los roles del profesor y el alumno, los materiales de soporte y las  actividades del estudiante (Adell, 1997).

Considerando entonces este enfoque educativo, podemos definir la interactividad desde cuatro
tipos de interacción en un ambiente de aprendizaje mediado por tecnología:

  • Interacciones estudiante - entorno, esto es cómo se maneja en un entorno virtual, es decir, si encuentra fácilmente la información y si puede hacer uso de las herramientas de comunicación y de los distintos espacios y secciones.

  • Interacciones estudiante – contenidos, es necesario hacer foco en la forma de presentación de los contenidos de manera que los estudiantes puedan abordarlos siguiendo un hilo argumental y fundamentado.

  • Interacciones estudiante – docente, se deben contemplar distintas formas de contacto entre ambas partes, y en particular estipular orientaciones y pautas desde el docente para el desarrollo de las competencias esperadas.

  • Interacciones estudiante – estudiante, de manera de estimular las interacciones horizontales para que los estudiantes puedan percibir que están participando en un entorno o aula virtual.

En los entornos virtuales el espacio y el tiempo de interacción pueden considerarse una construcción social. Las interacciones entre estudiantes y docente son fundamentales para garantizar una distribución de la información pero en particular el proceso participativo que considere una comprensión recíproca para la creación de conocimiento.

Si bien es cierto que los avances tecnológicos posibilitan generar materiales interactivos e implementar diferentes modalidades de comunicación, es importante recordar que las herramientas de comunicación no logran establecer la interactividad por sí solas. La tecnología permite llevar a cabo procesos de enseñanza ricos, ya que en los entornos virtuales es posible proponer discusiones, intercambiar información, desarrollar trabajos colaborativos, plantear situaciones propias de la metodología para la resolución de situaciones problemáticas, etc. Pero esto depende de las propuestas que realice el docente o tutor dentro del entorno virtual, y no de la tecnología como tal.

Podemos sintetizar entonces, “… la cuestión estriba en la capacidad que tengamos los docentes y las instituciones educativas para poner estas tecnologías al servicio de los procesos de enseñanza y aprendizaje” (Polanco, 2002: 6).

Dejo una pregunta como cierre y apertura para continuar este tema en otro post: ¿Cómo llevar adelante una “buena” interactividad?