Hace poco más de un año, escribía una entrada titulada Entornos virtuales para el aprendizaje , y allí dejaba una pregunta planteada: ¿cuál es el impacto que una pedagogía basada en la colaboración produce verdaderamente en el aprendizaje?
También me preguntaba ...si los entornos virtuales o LMS que habitualmente utilizamos en los ámbitos educativos formales, son propicios para desarrollar estos proyectos.
En cuanto a los estudiantes, ¿qué competencias previas son necesarias desarrollar en el aula para propiciar un aprendizaje en colaboración?
Retomando a Vigostsky, y siguiendo la línea de investigación de Cristóbal Suárez, podemos decir entonces que el aprendizaje es un proceso de reconstrucción que se produce en un contexto sociocultural, y bajo condiciones principalmente sociales.
Así, podemos decir que nuestras acciones son mediadas por la cultura y que nuestro aprendizaje se produce dentro de una "red de interacciones sociales".
¿Y qué aportan las tecnologías?
Sin dudas, las tecnologías nos ofrecen nuevas posibilidades para propiciar la interacción entre personas a través de Internet, una nueva condición cognitiva y social del aprendizaje.
Mucho ha ocurrido durante el 2012, y lo trascurrido de 2013, en lo que respecta al componente social de la colaboración en el aprendizaje, en particular cuando nos referimos a la integración del llamando "software social" en entornos educativos formales, y en un diseño que integre las funciones de colaborar y compartir, atributos que podríamos decir "propios" de la web social.
Leía hace poco un artículo publicado por Cristóbal Cobo en su blog: ¿Por qué es tan importante la #colaboración? y me pareció muy interesante el diagrama cartesiano que nos propone, en el que muestra cómo se interrelacionan las dimensiones de Aprendizaje individual, Aprendizaje colectivo, Aprendizaje formal y Aprendizaje informal.
Como dice Cobo, podemos caracterizar diferentes dimensiones y niveles de profundidad de relaciones vinculadas con la idea de "aprender con otros", y que me llevan a pensar en nuevos diseños para el aprendizaje que incluyan tanto entornos de aprendizaje formal (como ser LMS) como entornos de aprendizaje informal (como ser PLE, MOOC, Redes sociales..)
Siguiendo esta línea, creo que los extremos no son buenos, y menos cuando hablamos de educación. Así, en el mediano y largo plazo veo necesario pensar en un modelo de aprendizaje que integre estas cuatro dimensiones, estimulando la participación en comunidades de aprendizaje en línea como parte de una instancia formal de aprendizaje. Alentar, apoyar y monitorear desde las instituciones educativas formales a la construcción de espacios virtuales propios que brinden la opción de compartir, colaborar, y que fundamentalmente potencien la interacción y el aprendizaje social, del que hablábamos al comienzo de este post.
Mucho se habla en estos tiempos de MOOC, aprendizaje en abierto y construcción de entornos o ambientes propios de aprendizaje ¿Será el momento de pensar en profundizar en estos modos de interacción asociados con espacios más informales integrados al ámbito formal? ¿Por dónde empezar... quizás por la formación docente?
También me preguntaba ...si los entornos virtuales o LMS que habitualmente utilizamos en los ámbitos educativos formales, son propicios para desarrollar estos proyectos.
En cuanto a los estudiantes, ¿qué competencias previas son necesarias desarrollar en el aula para propiciar un aprendizaje en colaboración?
Retomando a Vigostsky, y siguiendo la línea de investigación de Cristóbal Suárez, podemos decir entonces que el aprendizaje es un proceso de reconstrucción que se produce en un contexto sociocultural, y bajo condiciones principalmente sociales.
Así, podemos decir que nuestras acciones son mediadas por la cultura y que nuestro aprendizaje se produce dentro de una "red de interacciones sociales".
¿Y qué aportan las tecnologías?
Sin dudas, las tecnologías nos ofrecen nuevas posibilidades para propiciar la interacción entre personas a través de Internet, una nueva condición cognitiva y social del aprendizaje.
Mucho ha ocurrido durante el 2012, y lo trascurrido de 2013, en lo que respecta al componente social de la colaboración en el aprendizaje, en particular cuando nos referimos a la integración del llamando "software social" en entornos educativos formales, y en un diseño que integre las funciones de colaborar y compartir, atributos que podríamos decir "propios" de la web social.
Leía hace poco un artículo publicado por Cristóbal Cobo en su blog: ¿Por qué es tan importante la #colaboración? y me pareció muy interesante el diagrama cartesiano que nos propone, en el que muestra cómo se interrelacionan las dimensiones de Aprendizaje individual, Aprendizaje colectivo, Aprendizaje formal y Aprendizaje informal.
Como dice Cobo, podemos caracterizar diferentes dimensiones y niveles de profundidad de relaciones vinculadas con la idea de "aprender con otros", y que me llevan a pensar en nuevos diseños para el aprendizaje que incluyan tanto entornos de aprendizaje formal (como ser LMS) como entornos de aprendizaje informal (como ser PLE, MOOC, Redes sociales..)
Siguiendo esta línea, creo que los extremos no son buenos, y menos cuando hablamos de educación. Así, en el mediano y largo plazo veo necesario pensar en un modelo de aprendizaje que integre estas cuatro dimensiones, estimulando la participación en comunidades de aprendizaje en línea como parte de una instancia formal de aprendizaje. Alentar, apoyar y monitorear desde las instituciones educativas formales a la construcción de espacios virtuales propios que brinden la opción de compartir, colaborar, y que fundamentalmente potencien la interacción y el aprendizaje social, del que hablábamos al comienzo de este post.
Mucho se habla en estos tiempos de MOOC, aprendizaje en abierto y construcción de entornos o ambientes propios de aprendizaje ¿Será el momento de pensar en profundizar en estos modos de interacción asociados con espacios más informales integrados al ámbito formal? ¿Por dónde empezar... quizás por la formación docente?