Los entornos virtuales del siglo XXI promueven nuevas competencias comunicativas entre estudiantes y docentes. Así, entre las posibilidades que hoy nos ofrecen los entornos virtuales, podemos mencionar la de experimentar una comunicación cada vez más bidireccional, con la posibilidad de trabajar colaborativamente gracias a la incorporación de servicios y recursos que nos ofrece la Web 2.0 .
Chan (2000) plantea que las competencias comunicativas necesarias para la educación a distancia son la expresión, la capacidad de escucha y la interpretación, pues implican el esfuerzo por darse a entender y por comprender al otro, en la complejidad y profundidad que ambas acciones implican.
Podemos inferir entonces que las competencias comunicativas no se reducen al manejo instrumental
del lenguaje y tampoco de las tecnologías, sino a conceptos integrales que abarcan
el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permiten realizar
una función específica.
En situaciones
de enseñanza presencial, intervienen múltiples mediadores del conocimiento,
tales como la tiza, el pizarrón, los manuales, libros, etc.; en tanto en una
instancia no presencial, el entorno se desmaterializa y pasa a ser una
representación, un soporte para la comunicación: la virtualidad posibilita
estar con otros aunque no estén.
Nos preguntarnos entonces:
¿Qué nuevo
tipo de interacción permite a los individuos ser parte de un mismo espacio y
vincularse allí con personas, lugares y objetos a la distancia? ¿Cómo hacer
para relacionarse sólo con representaciones ya no dotadas de características
“palpables”? (Halaban, 2010: 63).
Hoy, es posible decir que nuestros estudiantes valoran aspectos que hacen referencia a la capacidad de incentivar y propiciar la comunicación, es decir, acciones y competencias que implican funciones sociales orientadoras por sobre pedagógicas o académicas.
Hoy, es posible decir que nuestros estudiantes valoran aspectos que hacen referencia a la capacidad de incentivar y propiciar la comunicación, es decir, acciones y competencias que implican funciones sociales orientadoras por sobre pedagógicas o académicas.
De la experiencia, es posible afirmar que la mayoría de nuestros estudiantes valoran en un grado importante para el aprendizaje aspectos que se relacionan a la motivación y a la forma en que se realiza la comunicación.
Es cierto que espacios
sociales distintos implican también tipos diferentes de mensajes. Por ello, los
intercambios comunicativos implican usos lingüísticos que deben ajustarse en
cada caso, ya que, a pesar de ser virtuales no dejan de ser espacios sociales,
y por lo tanto, la producción discursiva de cada participantes estará
condicionada por los roles, sentidos y contextos de la situación comunicativa
en cuestión.
Estar
físicamente juntos en un aula posibilita intervenir con opiniones, comentarios,
réplicas, argumentaciones sobre el contenido ¿Cómo se logra entonces la participación efectiva en
una modalidad virtual?
La
participación se logra a través de espacios de debate, sea leyendo y/o
escribiendo. “Escribir” sería el equivalente de hablar en una clase presencial,
en tanto “leer” lo sería para con la actividad de escuchar (Halaban, 2010:80).
Ser parte activa en estos espacios y redes digitales requiere de un esfuerzo adicional en relación a las tareas en las instancias presenciales, sin embargo, también es una realidad que estar en red, es estar conectado a nuevas oportunidades de aprendizaje, sean formales o informales.
También es cierto que es necesario
el feedback continuo tanto individual y grupal por parte del profesor. Los estudiantes necesitan orientación para el mejor uso de los recursos, como el foro.
También esperan recibir respuestas de aquellos que publican desde el punto de
vista de contenido.
La utilización de foros permite fomentar relaciones entre los participantes, incrementar la dinámica grupal, como también resolver problemas compartidos. Si bien el foro, por sus potenciales características de interacción parece ser un espacio relevante en una modalidad virtual, ¿es realmente reconocida por los estudiantes como una herramienta potente para propiciar la comunicación y el aprendizaje?
La utilización de foros permite fomentar relaciones entre los participantes, incrementar la dinámica grupal, como también resolver problemas compartidos. Si bien el foro, por sus potenciales características de interacción parece ser un espacio relevante en una modalidad virtual, ¿es realmente reconocida por los estudiantes como una herramienta potente para propiciar la comunicación y el aprendizaje?
Me quedo reflexionando en esta pregunta, con una primera visión que me viene a la mente, cuando leo los resultados obtenidos de los MOOC que comienzan a conocerse, donde las interacciones que se evidencian en los foros representan muy bajos porcentajes.
Las interacciones y relaciones sociales no pueden omitirse en un modelo de aprendizaje virtual, y sin dudas condicionan también el aprendizaje pero... ¿qué herramientas serían las más adecuadas para ello?
Las interacciones y relaciones sociales no pueden omitirse en un modelo de aprendizaje virtual, y sin dudas condicionan también el aprendizaje pero... ¿qué herramientas serían las más adecuadas para ello?
Referencias:
Chan Nuñez, E. (2000). Entre la tecnofobia y la tecnofilia: el desafío de una comunicación educativa.Revista La Tarea: Nuevas tecnologías en educación. Nro. 12 Publicado en http://www.latarea.com.mx/indices/indice12.html
Halaban, P. (2010). La comunicación virtual en la educación a distancia. Ediciones Ciccus. Argentina
Chan Nuñez, E. (2000). Entre la tecnofobia y la tecnofilia: el desafío de una comunicación educativa.Revista La Tarea: Nuevas tecnologías en educación. Nro. 12 Publicado en http://www.latarea.com.mx/indices/indice12.html
Halaban, P. (2010). La comunicación virtual en la educación a distancia. Ediciones Ciccus. Argentina