Hace algunos meses atrás, a raíz de un trabajo que estaba elaborando Carolina Clérici ( @CarolaClerici ) respondí un breve cuestionario. Buscando material para un taller que estoy preparando, me encontré con este documento, y me pareció interesante compartir las respuestas en este blog:
¿Cuál es su visión del aprendizaje en entornos virtuales?
Una primera característica que destacaría que hacen a las experiencias
de aprendizaje en entornos virtuales, es el permitir a los estudiantes
desarrollar habilidades más autónomas acordes a los tiempos y situaciones
personales. También favorecen el trabajo colaborativo, aunque creo también que
tenemos que tener mucho cuidado en este punto y reflexionar sobre nuestras
prácticas educativas en estos entornos: ¿realmente las basamos en una
metodología participativa o sólo nos limitados a desarrollar un aprendizaje
tradicional basado en recursos tecnológicos?
En este punto, hay mucho para seguir analizando, en particular, en lo
que hace a la caracterización de las diferentes dimensiones vinculadas con la
idea de “aprender con otros” y que se están dando básicamente en entornos de
aprendizaje que podemos llamar informales, como son los PLE, las redes o
comunidades virtuales, etc.
Veo entonces necesario pensar en un modelo de aprendizaje que permita
integrar la participación en comunidades de aprendizaje en línea como
parte de una instancia formal de aprendizaje. Alentar, apoyar y monitorear
desde las instituciones educativas formales a la construcción de espacios
virtuales propios que brinden la opción de compartir, colaborar, y que
fundamentalmente potencien la interacción y el aprendizaje social.
En este sentido, la movida de los MOOC, con todos los matices que traen,
es la punta del iceberg para empezar este camino.
¿Cómo definiría su rol en dichos entornos?
Para tratar de dar una definición lo más abarcativa posible del rol del tutor
(pues existen variantes y categorizaciones) lo definiría como el encargado de orientar a los estudiantes a lo largo
del desarrollo de la acción formativa, solucionando dudas, resolviendo
problemas técnicos, etc. En mi opinión, el tutor debe ser un especialista en
los contenidos del curso en cuestión, aunque no en el mismo nivel que los
expertos en contenidos. Realizando una tarea fundamental que es la que los
alumnos perciban que “hay alguien” que responde con prontitud y adecuación a
sus dudas y problemas.
Es el que dinamiza el aprendizaje, aporta recursos de aprendizaje adicionales
a los iniciales del curso, y realiza el seguimiento de los estudiantes que no
participan.
Es importante también que fomente la comunicación asincrónica y
sincrónica, participando en el foro, organizando chats o videoconferencias con
los alumnos.
¿Cómo ha adquirido sus competencias y habilidades en la función
tutorial?
Durante 2005 y 2006 cursé la Licenciatura en Tecnología Educativa. Luego
hice allí mismo, en la Universidad Tecnológica Nacional, una especialización en
proyectos elearning. Este podría decir que fue el inicio, pero considero que
mucho que hace a la función tutorial se hace desde la práctica. Al igual que en
la formación presencial, es necesario repensar y redefinir la tarea en el aula
virtual, en forma continua.
Una competencia clave a desarrollar en este siglo XXI es poder tener un
compromiso con la formación permanente, de manera de favorecer un aprendizaje
continuo, y que por supuesto luego podamos transferir en nuestras prácticas.
¿Considera que ha habido cambios en su rol en la última década? ¿A qué
los asocia?
El rol del tutor se ha ampliado con la llegada de los cursos abiertos,
creo que han surgido nuevas funciones para el tutor en estos ámbitos, en
particular en lo que hace a la masificación. No pueden aplicarse las mismas
estrategias en entornos virtuales de un promedio de 30 participantes, a uno que
puede superar ampliamente a las 1000. Ya 100 o más estudiantes modifican las
condiciones de comunicación e interacción. Han surgido en estos últimos años
términos como curadores, facilitadores, dinamizadores. Evidentemente la capa
social continúa siendo necesaria en estos cursos masivos, pero el rol del tutor
se tiene que modificar y, desde la experiencia, veo que quienes participan en
estos cursos, buscan aún en este perfil al “tutor tradicional”.
¿Qué tareas específicas se ligan a su rol? ¿Hace énfasis en alguna, por
qué?
Primeramente considero importante desarrollar una competencia
básica del manejo del entorno
tecnológico y el uso de las herramientas y funcionalidades que hacen a la
comunicación: foros, novedades, mailing, listas de distribución.
Y, a consecuencia de ello, una tarea fundamental es el desarrollo de una
competencia basada en la comunicación,
en el poder ponerse en el lugar del otro, tratar de acompañarlo, de mostrarle o
transmitirle seguridad, tranquilidad, ánimo, poder desarrollar un vínculo con
el otro desde la empatía. Desde este lugar, el tutor, no será nunca sustituido.
¿Qué valor le da a la comunicación interpersonal en un entorno virtual?
En general, trato de que los mensajes enviados a nivel grupal resulten
de acompañamiento y de aliento. En la comunicación en un entorno virtual es esencial tender puentes entre lo conocido
y lo no conocido, entre lo experimentado y lo por experimentar, pero siempre
desde un lugar que nos permita llegar al otro desde la emoción.
También
considero importante la comunicación intrapersonal, por ejemplo, la que pueda
darse con un estudiante en particular. Creo necesario poder establecer también
una comunicación bidireccional, con el otro.
¿Cuáles formas de intervención le han resultado más útiles para
favorecer la construcción de conocimiento de sus alumnos?
En el rol de tutor, la acción de facilitador o mediador del aprendizaje
creo que es la que más estoy desarrollando en estos últimos años. Una tarea que
consiste en estar presente en el aula virtual, compartiendo la dinámica y
ayudando al estudiante en las dificultades que puedan surgir. Un rol que promueva
el aprendizaje y la apropiación de conocimiento.
¿Qué lugar le asigna al aprendizaje colaborativo en su propuesta
tutorial?
El encuentro en línea supone un aprendizaje entre pares que solo es
posible a partir de las redes electrónicas como soporte material a estas
propuestas.
Así, es posible decir que el aprendizaje colaborativo responde a un
contexto social y cultural. Sin dudas es importante aprovechar estas
oportunidades que nos ofrecen las tecnologías, sin embargo, desde mi
experiencia me sigo cuestionando ¿Cómo involucrarnos eficientemente en este
tipo de aprendizajes? Pienso que la clave está en entender el significado de
trabajo colaborativo, por ejemplo, utilizar un documento de Google Docs para
que cada uno haga su aporte personal, no hace a la esencia de un aprendizaje en
colaboración. Así, antes de iniciar con una herramienta tecnológica, como un
wiki, un blog o una aplicación de Google Drive, es necesario trabaja sobre el
concepto de trabajo colaborativo.
En la mayoría de los cursos virtuales estamos trabajando con documentos compartidos en grupos, con foros grupales,. aún hay mucho camino por recorrer.