Nos trae Vigotsky un enfoque sociocultural del aprendizaje que otorga al estudiante ser protagonista de su propio aprendizaje: "La adquisición de nuevos conocimientos se debe a la participación en determinados tipos de interacciones sociales".
Uno de los elementos mediadores al que hace referencia Vigostky es el ambiente de aprendizaje, y sin dudas los entornos virtuales han contribuido en forma positiva a este desarrollo, como también a potenciar los principios de su teoría.
Es importante no olvidar que el aprendizaje, si bien se obtiene a través de la interacción social, es un proceso cognitivo individual, que reside en la mente de cada uno. Así, si consideramos a los procesos cognitivos como individuales, producto de las interacciones con otros, podemos decir que estamos hablando de un "constructivismo social", siendo el aprendizaje individual un proceso en "sí mismo" como resultado "residual" de la construcción dentro del ámbito o comunidad social.
Hemos visto que un entorno virtual es un espacio propicio para el desarrollo de tareas y actividades colaborativas, haciendo uso de las herramientas de comunicación que poseen, y haciendo posible la creación de una comunidad de aprendizaje. Palloff y Patt (2004) se refieren a la consolidación de las relaciones dentro de una comunidad, de la siguiente manera: "la presencia social es un elemento crítico en la comunidad online, y uno de los elementos también críticos del trabajo colaborativo".
Luego, introducir el trabajo colaborativo en el "aula", independientemente que hablemos de aula virtual o mediada, no es tarea sencilla, requiere de una planificación previa y de la preparación del diseño didáctico de actividades estructuradas en una colaboración flexible y basada en el enfoque distribuido, siendo el estudiante partícipe activo de su propio aprendizaje a través de actividades que faciliten el pensamiento y ayuden a dar forma y organizar estos pensamientos.
Haciendo foco en lo metodológico, aún queda centrarse en las interacciones sociales y trabajar en las prácticas de colaboración que son propicios en estos entornos, y que aún no están aprovechados.
Cabe preguntarse entonces si los entornos virtuales o LMS que habitualmente utilizamos en los ámbitos educativos formales, son propicios para desarrollar estos proyectos.
En cuanto a los estudiantes, ¿qué competencias previas son necesarias desarrollar en el aula para propiciar un aprendizaje en colaboración?
Y finalmente, ¿cuál es el impacto que este tipo de pedagogía utilizada produce verdaderamente en el aprendizaje?
Este artículo se base el artículo de Javier Prieto Pariente:
Modelos teóricos en el uso de las nuevas tecnologías para el aprendizaje
Uno de los elementos mediadores al que hace referencia Vigostky es el ambiente de aprendizaje, y sin dudas los entornos virtuales han contribuido en forma positiva a este desarrollo, como también a potenciar los principios de su teoría.
Es importante no olvidar que el aprendizaje, si bien se obtiene a través de la interacción social, es un proceso cognitivo individual, que reside en la mente de cada uno. Así, si consideramos a los procesos cognitivos como individuales, producto de las interacciones con otros, podemos decir que estamos hablando de un "constructivismo social", siendo el aprendizaje individual un proceso en "sí mismo" como resultado "residual" de la construcción dentro del ámbito o comunidad social.
Hemos visto que un entorno virtual es un espacio propicio para el desarrollo de tareas y actividades colaborativas, haciendo uso de las herramientas de comunicación que poseen, y haciendo posible la creación de una comunidad de aprendizaje. Palloff y Patt (2004) se refieren a la consolidación de las relaciones dentro de una comunidad, de la siguiente manera: "la presencia social es un elemento crítico en la comunidad online, y uno de los elementos también críticos del trabajo colaborativo".
Luego, introducir el trabajo colaborativo en el "aula", independientemente que hablemos de aula virtual o mediada, no es tarea sencilla, requiere de una planificación previa y de la preparación del diseño didáctico de actividades estructuradas en una colaboración flexible y basada en el enfoque distribuido, siendo el estudiante partícipe activo de su propio aprendizaje a través de actividades que faciliten el pensamiento y ayuden a dar forma y organizar estos pensamientos.
Haciendo foco en lo metodológico, aún queda centrarse en las interacciones sociales y trabajar en las prácticas de colaboración que son propicios en estos entornos, y que aún no están aprovechados.
Cabe preguntarse entonces si los entornos virtuales o LMS que habitualmente utilizamos en los ámbitos educativos formales, son propicios para desarrollar estos proyectos.
En cuanto a los estudiantes, ¿qué competencias previas son necesarias desarrollar en el aula para propiciar un aprendizaje en colaboración?
Y finalmente, ¿cuál es el impacto que este tipo de pedagogía utilizada produce verdaderamente en el aprendizaje?
Este artículo se base el artículo de Javier Prieto Pariente:
Modelos teóricos en el uso de las nuevas tecnologías para el aprendizaje