Son diversas las concepciones y los usos que en la
actualidad, por considerarse “de moda”, se les da a los campus virtuales.
Inclusive existe cierta confusión entre aulas virtuales y campus virtuales.
Leyendo y buscando material para el armado de un artículo que estoy preparando sobre entornos virtuales, me he encontrado con este material, extraído del texto de Mariluz Cacheiro1 acerca de este tema:
“El Estudio de un Campus Virtual ha sido
desarrollado por Fundesco, Telefónica y Enred Consultores. Se trata de un
Informe denominado "Teleformación: un paso en el camino de la formación
continua" en el que reflejan los resultados del proyecto sobre Bases para
la creación de un campus virtual para la formación continua. Este proyecto se
enmarca dentro de las Acciones complementarias y de acompañamiento a la
formación de Forcem. El proyecto ha sido desarrollado a lo largo de dos ejes de
acción:
- Identificación de ocupaciones y, dentro de éstas, las realizaciones profesionales para las que es adecuada la teleformación;
- Estudio y contraste práctico de algunos modelos de teleeducación y teleformación. (Fundesco, 1998).
En este estudio se ofrecen claves para el
desarrollo de servicios de teleformación a través de la construcción de una
Pirámide de las necesidades a satisfacer desde la base teórica del alumno.
Pirámide para el desarrollo de servicios de teleformación
La primera clave es enfocar los modelos que se
desarrollen hacia
(a) la flexibilidad en la gestión de los
tiempos para formarse;
(b) la flexibilidad en el acceso desde
distintas ubicaciones y
(c) la flexibilidad para acceder al nivel de
conocimientos del que cada formando parte.
La segunda clave es tener en cuenta las
necesidades de los formadores, que deben ser parte activa de la definición de
los modelos y recibir formación adecuada en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
La tercera clave es el establecer mecanismos
de control que garanticen que la formación realmente se produce. Para ello hay
que apoyarse en las posibilidades que brinda la tecnología, las interacciones
asíncronas y síncronas (incluidas las presenciales), los ejercicios de
evaluación, etc.
La cuarta clave es la participación de
promotores/gestores de formación en los modelos de teleformación, planteando
elementos de avance que aseguren cada paso dado.
La quinta clave es la creación de contenidos
de calidad y en particular, aprovechar las potencialidades que ofrece para
"aprender haciendo" a través de las simulaciones, el intercambio de
experiencias, el acceso a información de interés en las redes, los espacios
electrónicos de encuentro lúdico.
La sexta clave es potenciar los elementos de
interacción de los alumnos entre sí, de los formadores entre sí, y de los unos
con los otros.
La séptima clave es la utilización de
tecnologías estandarizadas y maduras en los servicios de teleformación.
Este modelo incluye Criterios de gran utilidad
para la introducción de sistemas telemáticos aplicados a la formación.
Organización
de Experiencias Piloto de Teleformación
Las grandes fases para el desarrollo de una
experiencia de teleformación (DGTel: 1996:5-7) son las siguientes:
Fase 0: Análisis Viabilidad
Selección tipo de Proyecto: autoestudio,
videoconferencia, etc.
Fase 1: Concepción del Curso
Estructura y Diseño de contenidos.
Fase 2: Infraestructuras
·
Técnica.- Planificación de
Mantenimiento.
·
Recursos Humanos.- Formación de
profesores y tutores.
Fase 3: Gestión
Gestión durante la impartición del curso.
Fase 4: Desarrollo
·
Familiarización tecnológica.
·
Seguimiento del aprovechamiento
del curso por parte de los alumnos.
La participación en una experiencia piloto de
teleformación debe ser valorada desde distintos puntos de vista: usuario,
diseñador de contenidos, estrategia pedagógica, proveedor del servicio on-line,
etc.
Nos encontramos pues con un engranaje en el
que, como ocurre normalmente, todas las piezas deben funcionar bien para
obtener los resultados esperados.
Conclusiones
Son muchos los proyectos, experiencias y
cursos de teleformación en España, Europa y a nivel internacional. Las
tecnologías ofrecen cada vez más posibilidades que podemos ir adaptando al
campo educativo y de la formación.
La telemática acerca a los distintos actores
que participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje: expertos, tutores,
docentes, alumnos, investigadores y los hace partícipes de un equipo de trabajo
virtual.
Por su parte la formación demanda requisitos e
indicadores para el diseño de los distintos elementos que constituyen el
proceso didáctico a través de Internet; satisfacer las necesidades de los
distintos grupos de usuarios, contenidos, metodología didáctica y escenarios de
aprendizaje.
A diferencia de los medios off-line, con la
teleformación contamos con un entorno similar al presencial a nivel de
interacción, ya que podemos establecer una comunicación, incluso visual por
video-conferencia, con los distintos actores del proceso formativo.
Además, hay otros elementos innovadores de la
teleformación como es la posibilidad de adaptación continua de contenidos y
actividades en función de la marcha del proceso de aprendizaje y necesidades
del alumno o grupo de alumnos.
Es necesaria una estrecha colaboración entre las distintas
instituciones educativas en la línea de extender y difundir las buenas
prácticas a nivel regional, nacional, europeo e internacional a través de los
distintos medios al alcance de la sociedad favoreciendo así la progresiva
incorporación crítica de las posibilidades de la formación basada en Internet.
1. Tomado del libro Cursos de Postgrado en Informática Educativa 1996-1999, Capítulo 5: "Teleformación a través de Internet. Una nueva modalidad de Aprendizaje Multimedia". Mariluz Cacheiro González (1998). UNED