miércoles, 2 de diciembre de 2020

El rol del tecnólogo educativo durante los tiempos de Pandemia

El sábado 21 de noviembre tuve el honor de participar en el III Encuentro de docentes Aprendizaje y Tecnología: hacia un aprendizaje hiperhíbrido, desarrollado durante los días 21 y 22 de noviembre.

En el encuentro, compartí algunas reflexiones y prospectivas sobre el rol del tecnólogo educativo atravesado principalmente por esta Pandemia.

Durante marzo de 2020 el escenario digital tomó dimensiones impensadas, en particular, para propiciar la continuidad pedagógica en todos los niveles educativos. En este sentido, podemos decir que el rol del tecnólogo educativo toma una “ dimensión amplificada” con posibilidades para potenciar esta transformación en la enseñanza con inclusión de tecnología que tanto hemos teorizado. Para ello, es clave lograr trascender la perspectiva instrumental de la tecnología: “la tecnología por sí misma no es transformadora. Es la escuela, la pedagogía, quienes son transformadoras” (Tanya Byron)... y el rol del tecnólogo educativo es clave en este proceso.

En los comienzos del siglo XXI la tecnología educativa comenzó a experimentar un tiempo de reformulación provocado por la emergencia de nuevos paradigmas sobre las ciencias sociales, y por otro, por la revolución impulsada por las tecnologías de la información y la comunicación (las TIC). En la actualidad,  podemos considerar la siguiente definición: 
La Tecnología Educativa debe reconceptualizarse como espacio intelectual pedagógico, cuyo objetivo de estudio son los medios, las tecnologías de la información y la comunicación en cuanto a formas de representación, difusión y acceso al conocimiento en diversos contextos educativos:  escolaridad, educación no formal, educación informal, educación a distancia, educación superior (Area Moreira, 2009, pp: 20)
Hoy Internet propicia la configuración propiamente de la tecnología educativa como campo de estudio dentro de la educación. Podemos identificar diferentes niveles de integración y uso de recursos de Internet, que van de lo simple a lo complejo, hasta escenarios virtuales de aprendizaje Las tecnologías hoy también suponen una formación y aprendizaje permanentes, propician diferentes formas de lectura, de escritura que nos llevan a nuevas alfabetizaciones que implican modelos y enfoques diferentes de enseñanza y de aprendizaje.
  • En este contexto, la actividad del tecnólogo educativo tiene múltiples alcances que pueden identificarse en las siguientes acciones:
  • Diseñar, planificar e implementar proyectos de tecnología educativa en distintos niveles de enseñanza. 
  • Asesorar a instituciones en temas de inclusión de tecnologías.
  • Producir material educativo para modalidades presenciales, semipresenciales y a distancia.
  • Realizar tareas de investigación en el campo y participar en equipos interdisciplinarios.

La tecnología educativa es un espacio de conocimiento pedagógico sobre los medios, la cultura y la educación en el que se cruzan las aportaciones de distintas disciplinas.  Los ámbitos de estudio de conocimiento de la tecnología educativa podrían decirse:
    • las aplicaciones y potencial pedagógico de los medios y recursos tecnológicos que pueden ser usados en los procesos de enseñanza y aprendizaje,
    • el papel y efectos de las tecnologías y medios en la configuración y difusión de la cultura y conocimiento en el desarrollo de proyectos y experiencias educativas innovadoras.

Entre las líneas de trabajo, podemos hacer una distinción de las siguientes categorías: 
  • Las tecnologías en la educación escolar: formación del profesorado en competencias digitales, integración pedagógica con TIC, aplicaciones didácticas de las TIC en las aulas, organización escolar y TIC.
  • Las tecnologías en la docencia universitaria: campus virtuales, diseño y desarrollo y evaluación de programas y cursos de educación a distancia.
  • Las tecnologías en la educación no formal: formación ocupacional a distancia, educación de adultos, museos, bibliotecas y otras redes sociales.
  • Desarrollo de materiales didácticos: multimedia educativo, entornos colaborativos a distancia, web educativas, cursos en línea.
  • Educación, Tecnología y Cultura: nuevas formas y prácticas culturales digitales. Efectos socioculturales de las TIC. Retos de la sociedad de la información.
  • Medios de comunicación social: TV educativa, series (Netflix), redes sociales.

La nueva realidad impuesta por el COVID-19 ha supuesto uno de los mayores desafíos que, hasta el momento, han tenido que hacer frente las instituciones educativas de tipo presencial, al tener que transitar de esta modalidad a una virtual y de emergencia. En concreto, la comunicación presencial en las aulas se ha tenido que apoyar en videoconferencias síncronas, las cuales han “ocupado” virtualmente un espacio que estaba regulado con anterioridad en las clases ordinarias. Entonces, nos preguntamos: 
¿Qué tener en cuenta en la transición de la educación presencial a la no presencial?
¿Hay que hacer todo lo que hacíamos en lo presencial y frente a una cámara?
¿De qué manera los aspectos que tenemos en cuenta en lo presencial se resignifican en lo virtual?
¿Cómo podemos utilizar las posibilidades que tenemos y adaptarlas a un contexto realista?

Tratando de dar respuesta a estos interrogantes, presento cinco dimensiones que considero claves para pensar el rol del tecnólogo educativo en un contexto de mayor virtualidad posCOVID-19. Aquí la presentación: 


Sin dejar de lado la brecha tecnológica que nos atraviesa, esta situación de emergencia global debiera ser el punto de partida definitivo para disipar fronteras arquitectónicas, consolidar procesos de innovación en las formas de enseñanza remota y naturalizar la cultura digital en la educación superior.  

Pensando en 2021, vamos a tener que  lidiar con las intermitencias que van a generar una presencialidad discontinua, entonces veo necesario capitalizar este año  para una integración del aprendizaje híbrido y la superación definitiva del binomio presencial-virtual.
Será necesario también resignificar el encuentro físico y el “nuevo” espacio de lo virtual. Necesitamos que el “traslado” de los estudiantes hacia el campus universitario sea de mayor relevancia a la que vivieron durante Pandemia.

Esta posible categorización propuesta por Cristóbal Cobo para pensar los distintos espacios y tiempos, combinando lo sincrónico/asincrónico/presencial/virtual nos ayuda a visualizar concretamente las amplias posibilidades que nos proporcionan las tecnologías.


Por otra parte, será importante centrarse en el diseño como tarea central de la docencia: el docente como diseñador de experiencias de aprendizaje teniendo en cuenta que la clase tradicional puede ser reemplazada por una clase grabada, en tanto que la experiencia inmersiva, en el campo, no.
En síntesis, aprovechar y vincular esta experiencia digital a nuestra realidad presencial, para generar nuevas oportunidades de aprendizaje.

*Referencia: Area Moreira, M. (2009). Manual electrónico Introducción a la Tecnología Educativa.